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En memoria del Hno. Miquele Baima (Q.E.P.D.)
Por
Instituto O'higgns .
Publicado:
26 Abril 2010
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Pesar en la Comunidad Educativa Marista de Rancagua: A los 90 años falleció el hermano Miguel Baima y sus recuerdos perdurarán por siempre en nuestro colegio.


Sin duda que la noticia de la partida de nuestro ex profesor y amigo, el Hno. Miquele Baima, ha provocado un enorme desconsuelo en todo en la familia marista del país y especialmente en Rancagua. Por esta razón queremos reproducir algo de su historia y sobre los comentarios hechos por nuestro Rector, Hno. Aldo Passalacqua, sobre la vida del Hno. Miquele, a un diario regional: “El Hermano Michele ingresó a la formación Marista en Gassino y llegó a Chile como junior en 1934, a la casa de La Cisterna. Allí continuó su postulantado y noviciado, profesando el 11 de febrero de 1937. La perpetua la hizo en Rancagua en 1942 y el voto de estabilidad en 1956. Luego de una larga y escondida trayectoria como educador, especialmente en Rancagua, sirvió por largos años en la casa de Nuncio Sótero Sanz como administrador de la comunidad de la enfermería y de la administración provincial. Trabajó también en la secretaría y archivo de la Nunciatura Apostólica. Había cumplido hace poco los 90 años. El Hermano Aldo Passalacqua, Rector del Instituto O’Higgins, también se dio un tiempo para recordar junto a El Rancagüino, algunas vivencias personales con el Hermano Miguel. “Yo viví en comunidad entre el año 71’ y el 75’ con él. Y en muchas ocasiones, en la Casa Provincial, donde él era administrador. Aquí en el colegio fue muy querido, porque estuvo desde el año 1955 hasta 1980. Y fundamentalmente, su labor la realizó como profesor de francés y profesor jefe. Y, fundamentalmente, en los campamentos scouts. Entonces ahí hay un acercamiento muy grande a la gente, a los adolescentes. Y por eso, yo sabía que mucha gente lo quiere muchísimo. Además, fue un gran fotógrafo”. Agregó el Hno. Aldo. “Y sobre todo, porque tenía una gran bonhomía. Él no se molestaba. Y bueno, a veces, lo engañaban un poco. Abusaban de su bondad. Los demás hermanos éramos más estrictos. Entonces, eso contribuía a que él estuviese en otra situación. Pero le repito: era una persona muy querida. Y recuerdo que muchas veces, los exalumnos han querido que viniese al Día del Exalumno, y él nunca quiso volver a Rancagua. Y creo que no volvió”. El Rector contó otra anécdota. “Incluso, hace un par de años, yo tuve la oportunidad de hacer pasarlo por Quillota, donde él se inició como profesor, por allá por los años 40’. Y ahí me dijo que hacían todos esos años, que él no volvía al Rafael Ariztía. Era un hombre de la tarea que le correspondía en su momento. Y muy preocupado de cumplir como corresponde”.
  ¿Es una perdida muy grande para la Congregación Marista

“Sí. Sin dudas. Sobre todo que él, hasta hace muy poco, fue el administrador de la Casa Provincial. Entonces era la persona encargada de preocuparse de todo lo que era la alimentación, la limpieza y la implementación. Él cuidaba a los hermanos enfermos, y fue el primero en irse”.  

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