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Experiencias Rurales: Con el Estilo y la Manera de Jesucristo
Por
Instituto O'higgns .
Publicado:
13 Enero 2010
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Lejos del ruido mediático y sin estridencias, queremos entregar este anónimo pero sacrificado aporte de alumnos (as) y profesores (as) del colegio a la comunidad de la VI Región.


Para competir, suelen las instituciones más prestigiosas, moverse al viento de las modas.

Responsabilidad social y solidaridad han devenido en términos que con facilidad se han instalado en los idearios de connotadas instituciones para marchar al ritmo de la cultura y de sus utilitarias exigencias.

No obstante, la verdad es otra: Nuestra cultura y nuestros estilos no son para nada solidarios ni responsables de los demás. Día a día constatamos inequidades e injusticias que claman al cielo y demandan de nuestra parte acciones que trascienden nuestras proyecciones. Entre ellas encontramos a personas con rostros bien visibles que, sin pedir nuestra presencia, han acudido antes a Dios para sentir su mano bondadosa y experimentar misericordia.

Nuestro Dios no tiene manos, tiene sólo las nuestras para construir un reinado en el que se vivencien valores que nos convierten en hermanos y no en meros individuos. Los proyectos solidarios que se han venido implementando en nuestro colegio no son otra cosa que una instancia para realizar lo más propio de nuestro ser cristiano: ser personas para los demás que, en el encuentro con los más desfavorecidos de la sociedad, hacemos vida la vocación a amar ya construir una sociedad más justa.

En este 2009 no hemos realizado nada nuevo. Es más, no hay medios informativos de fuerte circulación que hayan destacado extraordinarias acciones que nos distingan entre miles. Pero ¿Les podemos contar algunos secretos Si por esas casualidades de la vida, en un breve recorrido por Rancagua city, anduviera por el Jardín Infantil Santa Filomena –o el de los Grillitos; o bien por la Sscuela España, la escuela Augusto Dalmar, el colegio Carlos Miranda, San Joaquín de los Mayos-, se encontraría con comunidades con quienes hemos compartido la fraternidad y la alegría de sentirnos parte de la gran familia cristiana. Todo esto entre juegos, gestos y sonrisas que han permitido que niñas y niños de los séptimos básicos, junto a sus profesoras y profesores, hagan vida la llamada a amar y servir.

Nuestros Segundos Medios, en sintonía con los más pequeños, también han querido hacer un paréntesis en sus obligaciones académicas, para expresar el real sentido de la formación marista: A saber, una formación para el servicio. Servicio que encuentra recién su sentido cuando se actualiza en beneficio de quien lo necesita. Es así como, animados por el espíritu, en visita al Hospital Regional, han acompañado a quienes padeciendo alguna enfermedad, experimentan la fuerte necesidad de sentirse queridos, atendidos y escuchados. El señor nos ha bendecido con la posibilidad de salir al encuentro de nuestros hermanos que sufren, descubriendo y descubriéndonos en nuestra radical condición de hermanos e hijos de un mismo Padre. Él, nos ha vuelto apasionados por la realidad.

Si le preguntaran a un joven de tercero medio, como ha vivenciado la solidaridad (o la fraternidad) este 2009, con toda seguridad la reciente experiencia de vida rural, cobraría para el un reluciente sentido. No nos extrañaría que desde la vivencia del compartir el pan y el trabajo, con las humildes familias del secano costero, aquél o aquella joven valoraran el verdadero sentido de las cosas, de sus relaciones familiares, de los esfuerzos que tanto sus padres como las familias anfitrionas deben realizar para asumir los continuos desafíos que la vida nos presenta. Más de alguna anécdota surgiría, de las levantadas a las seis de la mañana, de las ordeñas de vacas , de la siembra de de arvejas o de los rituales asociados a los corderos.

Como podrán apreciar, atentos lectores, no hay nada rimbombante. De hecho en y para cada una de las experiencias esbozadas no hubo medios de prensa ni canales de televisión. Simplemente hemos venido realizando lo que desde hace décadas vivenciamos como signo de una particular manera de ser y actuar: El estilo y las maneras de Jesucristo.
Que la Buena Madre y El Padre Champagnat continúen acompañándonos e intercediendo por nosotros para permanecer fieles a los llamados que el señor nos hace.  

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