Este acto es recordado con mucho orgullo y devoción por todos los maristas del mundo y es un reconocimiento a un hombre que hizo de la educación una verdadera forma de evangelizar y ayudar a los más desposeídos. Por esta razón, los pequeños de la Sección Inicial, realizaron un sencillo pero emotivo acto conmemorando esta gran noticia, en donde recrearon por medio de la música y el baile la vida y obra de San Marcelino. Todos los cursos acompañaron, junto a sus tías y colaboradoras, con mucho entusiasmo cada momento de la ceremonia, ya que ellos serán los iluminadores del legado marista en los próximos años, siguiendo el lema mundial de “Corazones Nuevos para un Mundo Nuevo”. En su discurso, la tía Susana Urayama, directora de la sección, recalcó que San Marcelino nunca pensó en que su trabajo traspasaría a muchas generaciones y sería parte de la historia católica. El siempre fue un hombre muy trabajador, ameno y cariñoso, pero sobre todo fue muy humilde y sensible al sufrimiento de las personas, siendo este el motivo principal para crear la Congregación de los Hermanos Maristas: ayudar y amar a los niños por medio de la educación con la protección de la Virgen Maria, nuestra Madre Celestial.