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Homenaje a San Marcelino
Por
Instituto O'higgns .
Publicado:
1 Junio 2003
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El pasado miércoles 4 de Junio se realizó el tradicional almuerzo aniversario con toda la Comunidad Educativa de nuestro colegio.   En esta oportunidad nuestro rector, el Hermano Jesús Triguero, tenía preparado un hermoso homenaje a San Marcelino Champagnat, el cual compartiremos con Ustedes a continuación:
HOMENAJE A SAN MARCELINO CHAMPAGNAT
“ YO SERÉ TU MENSAJERO”
Hno. Jesús Triguero Juanes.  Fue allí dónde un 20 de mayo de 1789 nació Marcelino Champagnat, en Rosey. Entre risas, ternura y cariños
fue creciendo, con los sueños, una flor.

Alma niña, en las nubes de los vientos,
encumbraba volantines de ilusión. Marcelino tiene 15 años. Llega a su pueblo un sacerdote. “Dios lo quiere, tú debes ser sacerdote”. Yo te pido que seas generoso,
un obrero en los campos del dolor.
Hay gaviotas que esperan en la playa
un maestro en los vuelos del amor. Ruge la vida en su interior. “Todo saldrá bien, puesto que Dios  me llama”.  Si lo quieres yo seré tu mensajero,
un romero, entre lluvia, polvo y sol.
Peregrino que marche entre los niños,
ensayando las canciones con tu voz. El 2 de enero de 1817 Marcelino pone su autógrafo en la historia. Junto a dos jóvenes, Juan Bautista y Juan María, construye las bases de la Congregación Marista. Ni el halago cegó su entendimiento,
ni la prueba minó su voluntad.
Fue un amigo de  jóvenes inquietos
que a su lado tejían amistad.
Marcelino salió vigoroso, a la lid contra las sombras y encendió una antorcha trascendente que ilumina el sendero que todo marista sigue por la vida: “un ideal de redención y de esperanza.  “Aunque un poco de mi agua baste al sediento, con qué alegría se la entrego toda”. Un largo caminar de  214 años, en pos del resucitado, pregonan el valor de su ejemplo y su ideal ¿Qué importa que la voz de “un imposible”
golpee en la roca del amor.
 Seguiremos encumbrando volantines,
ensayando las canciones con TU VOZ.
Siendo amigo de jóvenes inquietos
que se arriesguen por vivir una ilusión.
Padre Champagnat, quienes formamos la familia marista del Instituto O´Higgins, queremos agradecerte hoy, que hayas cumplido tu misión, que hayas sido un hombre de verdad, un hombre de Dios. Un hombre enamorado de María, nuestra Buena Madre, que entregaste desinteresadamente tu vida para envejecer entre la niñez y la juventud. Gracias también, Padre Champagnat, porque con tus hermanos, nos estás abriendo  a nosotros, los pueblos de América, un camino hacia el porvenir. Gracias a ti que sentiste nostalgia por esta nuestra inmensa tierra: América, Chile, la tierra abierta y tendida, buena  para el esfuerzo y para la hazaña. Toda horizontes como la esperanza, toda caminos como la voluntad. Gracias, por tu entrega, por tu fidelidad y  felicidades en tu día. Si lo quieres yo seré tu mensajero,
un romero, entre lluvia, polvo y sol.
Hay gaviotas que esperan en la playa
un maestro en los vuelos del amor.
 

Publicado en:
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