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Oración por la paz en el colegio
Por
Instituto O'higgns .
Publicado:
1 Abril 2003
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Nuestro Obispo Diocesano, Monseñor Javier Prado, nos invitó a orar como Comunidad Escolar por la Paz.   El martes, 25 de marzo, Fiesta de la Anunciación a la Virgen María, nos reunimos como Comunidad Educativa Orante para implorar a Jesucristo, Príncipe de la Paz, para que el amor y la paz reinen en nuestros corazones, en nuestras familias, en Chile y en el Mundo...
    Con la participación de todo el Colegio, reunido en el patio de Básica, oramos desde los más pequeños de la Sección Infantil hasta los alumnos que cursan su último año como estudiantes en este Establecimiento Educacional, para que reine la paz en el corazón de cada uno de nosotros, en nuestras familias y en el Mundo. La Paz es un regalo de Dios, pero tenemos que construirla entre todos, para que reine el amor y la paz en nuestras vidas y todos podamos ser más felices.
 
Alumnos de cada Sección del Colegio, representando a sus compañeros, rezaron por la paz. Profesores de Básica proclamaron el Evangelio de la Anunciación a la Virgen María que Dios la elegía para ser la Madre de su Hijo Jesús... Y todos cantamos:
Paz, Paz, Paz...El Mundo pide Paz...
Logra la Paz en tu interior
Y derrámala en la Tierra...
PADRE que miras por igual a todos tus hijos e hijas a quienes ves enfrentados y enfrentadas.
NUESTRO de todos y cada uno de nosotros. De los seis mil millones de personas que poblamos la tierra, sea cual sea nuestra edad, color o lugar de nacimiento.
QUE ESTÁS EN LOS CIELOS, y en la tierra, en cada ser humano, en los humildes, en los que sufren...
SANTIFICADO SEA TU NOMBRE pero no con el estruendo de las armas, sino con el susurro del corazón.
VENGA A NOSOTROS TU REINO, el de la paz, el del amor. Y aleja de nosotros los reinos de la tiranía y de la explotación.
HÁGASE TU VOLUNTAD siempre y en todas partes. En el cielo y en la tierra. Que tus deseos no sean obstaculizados por los hijos del poder.
DANOS EL PAN DE CADA DÍA que está amasado con paz, con justicia, con amor. Aleja de nosotros el pan de la cizaña que siembra envidia y división.
DÁNOSLE HOY porque mañana puede ser tarde, la guerra amenaza y algún loco puede iniciarla.
PERDÓNANOS, NO COMO NOSOTROS PERDONAMOS, sino como Tú perdonas, sin dar lugar al odio.
NO NOS DEJES CAER EN LA TENTACIÓN de almacenar lo que no nos diste, de acumular lo que otros necesitan, de mirar con recelo al de enfrente.
LÍBRANOS DEL MAL QUE NOS AMENAZA: de las armas, del poder, de la sociedad de consumo, de vivir montados en el gasto, porque somos muchos, Padre, los que queremos vivir en paz. Envió: Hermano Máximo del Pozo Hernández

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