Nuestro Obispo
Diocesano, Monseñor Javier Prado, nos invitó a orar como Comunidad Escolar por
la Paz.
El martes, 25 de marzo, Fiesta de la Anunciación a la Virgen María, nos
reunimos como Comunidad Educativa Orante para implorar a Jesucristo, Príncipe
de la Paz, para que el amor y la paz reinen en nuestros corazones, en nuestras
familias, en Chile y en el Mundo...
Con la participación de todo el Colegio, reunido en
el patio de Básica, oramos desde los más pequeños de la Sección Infantil
hasta los alumnos que cursan su último año como estudiantes en este
Establecimiento Educacional, para que reine la paz en el corazón de cada uno de
nosotros, en nuestras familias y en el Mundo.
La Paz es un regalo de Dios, pero tenemos que
construirla entre todos, para que reine el amor y la paz en nuestras vidas y
todos podamos ser más felices.
Alumnos de cada Sección del Colegio, representando a sus compañeros, rezaron
por la paz.
Profesores de Básica proclamaron el Evangelio de la
Anunciación a la Virgen María que Dios la elegía para ser la Madre de su Hijo
Jesús...
Y todos cantamos:
Paz, Paz, Paz...El Mundo pide Paz...
Logra la Paz en tu interior
Y derrámala en la Tierra...
PADRE que
miras por igual a todos tus hijos e hijas a quienes ves
enfrentados y enfrentadas.
NUESTRO de todos y cada uno de nosotros. De los seis mil
millones de personas que poblamos la tierra, sea cual sea nuestra
edad, color o lugar de nacimiento.
QUE ESTÁS EN LOS CIELOS, y en la tierra, en cada ser
humano, en los humildes, en los que sufren...
SANTIFICADO SEA TU NOMBRE pero no con el estruendo de las
armas, sino con el susurro del corazón.
VENGA A NOSOTROS TU REINO, el de la paz, el del amor. Y
aleja de nosotros los reinos de la tiranía y de la explotación.
HÁGASE TU VOLUNTAD siempre y en todas partes. En el cielo
y en la tierra. Que tus deseos no sean obstaculizados por los
hijos del poder.
DANOS EL PAN DE CADA DÍA que está amasado con paz, con
justicia, con amor. Aleja de nosotros el pan de la cizaña que
siembra envidia y división.
DÁNOSLE HOY porque mañana puede ser tarde, la guerra
amenaza y algún loco puede iniciarla.
PERDÓNANOS, NO COMO NOSOTROS PERDONAMOS, sino como Tú
perdonas, sin dar lugar al odio.
NO NOS DEJES CAER EN LA TENTACIÓN de almacenar lo que no
nos diste, de acumular lo que otros necesitan, de mirar con recelo
al de enfrente.
LÍBRANOS DEL MAL QUE NOS AMENAZA: de las armas, del poder,
de la sociedad de consumo, de vivir montados en el gasto, porque
somos muchos, Padre, los que queremos vivir en paz.
Envió: Hermano
Máximo del Pozo Hernández