de oro, el recorrido de al menos 20 kilómetros ponía a prueba las capacidades físicas de los participantes, el trabajo en equipo y la preparación en técnicas scouts.
De regreso al campamento base nos preparábamos para las actividades siguientes, sin embargo, nos sorprendió una fuerte e inesperada lluvia, y que pese a realizar canalizaciones igual nos supero la gran cantidad de agua caída, así que tuvimos que desalojar el campamento y refugiarnos en la casa de los hermanos, ahí debimos secar los zapatos y cambiarnos ropa. Al día siguiente continuamos con las activi- dades normales en una liturgia por la maña- na, luego nos quedaba organizar el CANA- MAR 2003 (campamento nacional marista) en donde pensamos reunirnos unos 1500 Scouts y Guías Maristas de todo Chile. Al finalizar el campamento nos quedaba como moraleja, es que debemos prepararnos mejor para otra oportunidad y no confiarnos demasiado, y practicar nuestro lema "Siempre Listos".   Humberto Ruiz M.
Dirigente Scout