Bajo un clima de reflexión, solidaridad y compañerismo se vivió esta Semana Santa en el Instituto O´Higgins. Las actividades comenzaron el jueves, día en que los alumnos en conjunto con sus profesores compartieron la Última Cena y participaron en diferentes momentos de conversación y meditación en torno a lo vivido por Jesucristo.

Los niños de la sección inicial también pudieron compartir con sus abuelos, quienes vivieron un momento en la Capilla junto al Padre Iván Guajardo, y luego fueron parte de una oración con sus nietos en el patio principal. Además, interactuaron en torno a una mesa familiar, donde los pequeños decoraron una vela para celebrar la Resurrección.

En tanto, el personal del colegio participó de una jornada que fue dirigida por el rector Sr. Pedro Díaz, y cuyo objetivo era flexionar en relación a la imagen de Dios que tiene cada uno. En la ocasión, la autoridad educacional señaló que en ciertas ocasiones la imagen de Dios puede estar distorsionada por las interpretaciones que nosotros podamos hacer, y que están marcadas por las vivencias que tenemos con el concepto Padre.

Es por ello, que la invitación hecha por el rector fue a reconocer a Dios como el Padre, pero que nos muestra Jesucristo, pues enfatizó que es necesario pasar por su conocimiento.

Al otro día, el viernes por la tarde, en el Estadio Marista, reunidos en los grupos de la Pastoral: Gama, Confirmación, Infancia Misionera, Scouts, entre otros, niños, jóvenes y adultos intentaron descubrir cuál es el rostro de Dios que se presenta al interior de cada uno.

Por la tarde, a eso de las 19 horas, los asistentes a la jornada vivenciaron el tradicional y simbólico Vía Crucis, con las diferentes etapas que pasó Jesús desde que fue aprehendido hasta su crucifixión y sepultura.

En tanto, el sábado se realizó la vigilia y Resurrección, donde grandes y chicos con cánticos y un “viva Jesús” celebraron este importante momento.

Con un gran número de familias que llegaron hasta el Estadio Marista, se conmemoró esta Semana Santa. En un ambiente de solidaridad y carisma, representado en diferentes gestos como, por ejemplo, aquellos jóvenes que reunieron alimentos no perecibles para los más desposeídos, tal como nos enseñó San Marcelino Champagnat, la comunidad marista vivió estos días. “Estamos contentos porque vimos a los papás muy emocionados con la reflexión. Es bonito que estén todas las familias. Todos los grupos han estado en distintas actividades y se siente un espíritu de alegría y eso es fantástico”, señaló tras las actividades Carolina Abarca, apoderada del colegio.