El domingo 06 de junio a las 12:00 horas, día en que como maristas recordamos la Pascua de nuestro Fundador, se transmitió a través de los medios de comunicación colegiales la Eucaristía Champagnat, una celebración que fue grabada el jueves 27 de mayo en la Capilla, con todas las medidas sanitarias exigidas por la autoridad, y con la cual nuestra Comunidad Educativa dio el vamos a la Semana de Aniversario.

La misa, en la que participaron el Rector, Sr. Claudio Castillo, integrantes del Consejo Directivo, representantes de los estamentos y educadores, de acuerdo al aforo permitido, fue presidida por el Padre Arul Dhas, de la Parroquia San Francisco, y animada por el coro de funcionarios.

Fue un momento para poner en las manos del Señor, la Buena Madre y San Marcelino al Instituto Marista, y cada una de las obras del mundo, en especial la historia, vida y legado de nuestro Sector Chile y los 12 colegios que lo componen, que durante décadas han entregado educación evangelizadora a niños, niñas y jóvenes.

Fraternidad: Un don para compartir en comunidad

En la acción de gracias, el Rector hizo referencia a la segunda lectura, en especial al concepto de comunidad. “En lo anterior, radica el propósito inspirador que nos debería animar a vivir en comunidad a nosotros, y hacer esfuerzos permanentes para que ello siempre fuese así; el sentirnos amados de manera recíproca y de que hay un Dios que nos ama incondicionalmente”, enfatizó.

También hizo referencia a la circular “Hogares de luz” del Hno. Ernesto Sánchez, Superior General del Instituto, un documento a través del cual se señala que sólo en comunidad es posible vivir la fraternidad como una experiencia de vida, y que “nuestras comunidades más que ser un lugar o un espacio, en particular deberían ser una experiencia humana y espiritual, para cada uno de nosotros. Sólo en ellas tendremos la posibilidad de vivir relaciones profundas enraizadas en el amor de Cristo”, comentó.

También hizo un llamado a no olvidar que la vida comunitaria en el Instituto, en lo más íntimo, es una experiencia de vida y de fe, que va más allá de las diferencias que tenga cada uno. “En nuestra comunidad estamos invitados a construir hogares de luz, esa es la verdadera razón de nuestra comunidad, para que su misión pueda ser fecunda y sea referencia de la búsqueda de nuestra gente”, explicó.

Durante la eucaristía también recibimos el saludo del Sr. Ernesto Reyes, Delegado de Misión, quien realizó una invitación a transmitir el testimonio de Champagnat con nuestras palabras, a descubrir la verdad y la fecundidad que tiene para nosotros hoy su vida. “(…) debemos dejarnos, como ellos, configurar por nuestra Buena Madre María (…) ir hacia los demás amándolos, amándonos en la vida, con un compromiso juntos, en cuerpo y alma, hermanos y laicos, será la mejor manera de honrar la promesa de Marcelino en Fourvière. Ellos son para nosotros tesoro y legado precioso, que alimentan nuestra entrega cotidiana y fidelidad”, sostuvo.

Con estas palabras del Delegado de Misión, culminó la celebración de la Eucaristía. Les invitamos a ser parte de esta semana, donde viviremos diversos momentos, en torno a nuestro Padre Fundador.