Seis alumnos de nuestro colegio comparten sus historias de esfuerzo y sacrificio, que tienen de dulce y agraz, pero gracias a su perseverancia y sacrificio han sabido sortear las vicisitudes que han surgido en el camino.

Gabriela Guerrero Gaete (7° D), hace un tiempo atrás sufrió una enfermedad muy grave que le dejó secuelas físicas. A pesar de lo difícil que ha resultado su recuperación, todos los días nos da una lección de vida, por la entereza con la que se sobrepone. Gracias a la ayuda de su familia, retomó su vida y hoy podemos disfrutar de su sonrisa y alegría en el colegio.

Los hermanos Benjamín (1°D) y Felipe (3° C) de la Barra García, Mariela Soto González (2°B) y Sofía Droguett Moncada (3° B) comparten una misma pasión: la natación. Todos aman este deporte y se levantan de madrugada para entrenar. No les importa el frío ni el cansancio, su pasión es más grande. Ellos forman parte del Club Olímpico y durante sus años de entrenamiento y preparación han participado en diversos torneos federados a nivel nacional, obteniendo una serie de logros.

Catalina Carrasco Díaz, (8°D), por su parte, viaja todos los días al Teatro Municipal de Santiago a clases de ballet. Su rutina de entrenamiento es de 3 horas diarias, y llega a su casa a eso de las 22:00 horas. Sin embargo, no se queja del cansancio, le gusta lo que hace y es una excelente alumna.

Estos jóvenes, a través de sus historias, dan cuenta de que cuando se proponen cumplir una meta, sobrepasar una dificultad o hacer lo que les apasiona, no hay excusa alguna, cuando hay talento la única opción es trabajar, pese a lo que eso signifique.