“Es un grupo disciplinado de estudio y trabajo, donde se aprende a orar orando. En cada sesión se aprende a orar con diferentes modalidades y se practica. La metodología está basada en el amor y en la repetición”, así describe la guía Angélica Hernández el Taller de oración y vida, que desde marzo dicta una vez por semana en nuestro colegio.

Durante las sesiones se compromete a los participantes en tres dimensiones: con Dios, consigo mismo y con los demás, lo cual se pone en práctica en las 15 clases que dura el curso. Además, Angélica señala que “hay dos líneas fundamentales de trabajo. Una de ellas es descendente, donde Dios nos habla a través de la Biblia, y otra ascendente, en la que nosotros hablamos con Dios a través de la oración”.

En nuestro Instituto participan en su mayoría apoderadas, quienes, a su juicio, a medida que pasan las semanas han logrado un mayor nivel de tranquilidad, pues asegura que “los participantes aprenden a abandonarse en el Señor, en tus manos lo dejo pasa a ser parte de su vida, y qué haría Jesús en mi lugar también”.

El taller está planificado que concluya en julio con un “día de desierto” (retiro), donde se pone en práctica todo lo aprendido y se viven 4 horas de silencio.

En tanto, desde agosto se realizará un curso orientado especialmente a matrimonios, pero al cual también podrán asistir quienes estén interesados.