El martes 13 de mayo se llevó a cabo la ceremonia de repartición de las cenizas de nuestro compañero de colegio, Cristóbal Venegas Astorga.

A las 13:30 horas, el alumnado del segundo medio B, acompañados por su profesora jefe, Marta Urzúa y apoderados, se dirigieron hacia Doñihue al encuentro de la familia Venegas Astorga, para dar paso a la primera parada de la voluntad de Cristóbal: Cerro Rinconada, lugar importante para él, pues solía ir a menudo con su familia.

Una vez allá, a bastante altura, comienza una ceremonia de la mano de Dios, cantos, oraciones, y hermosas palabras acompañaron la repartición, el desligamiento, de las cenizas de un hijo, un compañero, un nieto, un sobrino, un hermano. Ambiente de nostalgia y reflexión, acompañaron a los notorios sentimientos de este grupo de personas, quienes aún transcurrido más de un año de la partida de Cristóbal, siguen creando instancias para recordarlo.

Concluida esta ceremonia, todos se dirigen hacia la siguiente parada: Tierras Blancas en Machalí. El ambiente cambia, el aire que se respiraba era de alegría, la música era motivadora, la familia quiso cambiar el ánimo por motivos de, según explicaba Bárbara la madre de Cristóbal: “Así lo hubiera querido él”.

Nos encontrábamos en un lugar donde Cristóbal siempre quiso ir con su bicicleta nueva que no alcanzó a ocupar; había ido un par de veces antes, con su padre a tantear terreno, le encantaba.

Todos los reunidos formamos un círculo tomados de las manos y bellas palabras brotan nuevamente de los participantes, agradecimientos y frases de fuerza de parte de los padres, quienes constantemente se muestran enteros, vivos, fuertes. Y así, se desarrolla la ceremonia de repartición de cenizas, acompañado con un hermoso atardecer, perfecto para la ocasión. 42 globos de helio se elevan en el aire para concluir el acto. Cristóbal se termina de convertir en esencia, se cierra el telón.

Escrito por Francisca Valencia Arias
Alumna del segundo medio B