Basado en que nuestra misión institucional es “evangelizar a través de la Educación”, considero un deber hacerle llegar, la posición pastoral y educativa del Colegio respecto de la Fiesta de Halloween, que este fin de semana se desarrollará:

1. La actual fiesta del Halloween no sólo no tiene nada que ver con la celebración que le dio origen, sino que, incluso, es nociva y contraria a la fe y la vida cristiana ya que dista mucho de lo que debemos celebrar los cristianos en el día de Todos los Santos: Recordar a los hombres que amaron heroicamente a Dios.

2. El Halloween hoy es, sobre todo, un gran negocio. Máscaras, disfraces, dulces, maquillaje y demás artículos necesarios son un motor más que suficiente para que algunos empresarios fomenten el «consumo del terror». Se busca, además, favorecer la imitación de las costumbres norteamericanas por considerarlas «superiores».

3. El cine ha contribuido a la difusión del Halloween con una serie de películas en las cuales la violencia gráfica y los asesinatos crean en el espectador un estado morboso de angustia y ansiedad. Estas películas son vistas por adultos y niños, originando en estos últimos, miedo y una idea errónea de la realidad.

4. Para los creyentes es la fiesta de todos los Santos la que verdaderamente tiene relevancia y refleja la fe en el futuro para quienes esperan y viven según el Evangelio. El respeto a los restos mortales de quienes murieron en la fe y su recuerdo, se inscribe en la veneración de quienes han sido “templos del Espíritu Santo”. Esta fiesta fue instituido por San Odilón, monje benedictino, en Francia el 31 de octubre del año 998.

5. Respecto de esta celebración, Su Santidad, el Papa Benedicto XVI se pregunta si el hombre moderno espera aún la vida eterna o cree que ésta pertenece a una mitología ya superada. El mismo responde que "ahora más que antes el hombre moderno está tan absorbido por las cosas terrenas que difícilmente llega a pensar en Dios como protagonista de la historia y de nuestra vida". Y luego explica: “vida eterna significa para nosotros los cristianos no sólo una vida que dura siempre, sino una nueva calidad de existencia, plenamente llena del amor de Dios, que libera del mal y de la muerte y que nos pone en comunión sin fin con todos los hermanos y hermanas que participan en el mismo Amor".

En razón a ello, el Papa invita a los católicos a rezar con fervor por los difuntos y por sus familias, para que reciban la remisión de las penas debidas a sus pecados y escuchen la llamada del Señor.

6. Por lo anterior, les invito a reflexionar con algunas preguntas presentadas en la página web iglesia.org:

6.1 ¿Cómo padres y educadores maristas, debemos ser pasivos ante la silenciosa extorsión que genera la fiesta Halloween, donde algunos niños exigen dulces a cambio de no causar algún daño (estropear muros, romper huevos en las puertas, etc.)?

6.2 Qué experiencia (moral o religiosa) queda en el niño que para «divertirse» ha usado disfraces de diablos, brujas, muertos, monstruos, vampiros y demás personajes relacionados principalmente con el mal y el ocultismo, sobre todo cuando la televisión y el cine identifican estos disfraces con personajes contrarios a la sana moral, a la fe y a los valores del Evangelio? Personajes que, desde su profunda génesis, infringen dolor y tristeza?

6.3 ¿Cómo familia marista, en qu ponemos en el centro del proyecto educativo el respeto a las personas humanas, ¿podemos aceptar que, una vez al año, se puede hacer el mal al prójimo?

6.4 ¿No es Halloween otra forma de relativismo religioso, con la cual vamos permitiendo que nuestra fe y nuestra vida cristiana se vean debilitadas? A esto se suma que la Semana Santa se ha ido transformando en un fin de semana de turismo y la Navidad en una instancia de consumismo desenfrenado, entre otras manifestaciones de este fenómeno.

6.5 ¿Qué diremos a los jóvenes (a quienes durante su infancia les permitimos jugar al Halloween) cuando durante su juventud tengan mayores dificultades para distinguir el bien del mal?

7. Ante la realidad y teniendo claro de que es una situación difícil, me permito compartirles algunas Sugerencias para enfrentar este tema en casa:

7.1 Organizar una una conversación con los niños con el objeto de enseñarles el por qué de la festividad católica de Todos los Santos y los Fieles Difuntos, haciéndoles ver la importancia de celebrar nuestros Santos, como modelos de la fe, como verdaderos seguidores de Cristo.

7.2 En esa conversación, es buena idea que nuestros hijos inviten a sus amigos, para que se atenúe el impacto de rechazo social y sus compañeros entiendan por qué no participan de la misma forma que los demás.

7.3 Debemos explicarles de manera sencilla y clara, pero firme, lo negativo que hay en el Halloween y la manera en que se festeja. Es necesario explicarles que Dios quiere que seamos buenos y que no nos identifiquemos ni con las brujas ni con los monstruos, pues nosotros somos hijos de Dios.


7.4 Los niños pueden disfrazarse de ángeles y preparar pequeñas bolsas con dulces, regalos o tarjetitas con mensajes y pasar de casa en casa, y en lugar de pedir dulces, regalarlos a los hogares que visiten y que expliquen que entregan dulces porque la Iglesia Católica tendrá muy pronto una fiesta muy importante en la que se celebra a todos aquellos que fueron como nosotros deberíamos ser: Los Santos.

7.5 Es bueno que el día viernes 2 la familia visite a sus familiares difuntos y, junto con llevarles flores, se les recuerde en un momento de oración, destacando sus cualidades y virtudes que, la familia, hoy debe mantener vivas.


Finalmente, es entendible que este cambio no será sencillo para los niños. Pero aprenderán que es necesario vivir congruentemente con nuestra fe, y no permitir que tomen como algo natural la connotación negativa del halloween. Con valor y sentido cristiano, los católicos podemos dar a estas fechas, el significado que tienen en el marco de nuestra fe.

Si somos sinceros con nosotros mismos y buscamos ser fieles a los valores de la Iglesia Católica, llegaremos a la conclusión de que el halloween no tiene nada que ver con nuestro recuerdo cristiano de los Fieles Difuntos, y que todas sus connotaciones son nocivas y contrarias a los principios elementales de nuestra fe.

Agradecido de su atención y esperando ser aporte en la formación cristiana de nuestros niños y jóvenes, les saluda afectuosamente,


Pedro Díaz Cuevas
Rector