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Unidos en el Dolor y la Esperanza
Por
Instituto O'higgns .
Publicado:
5 Noviembre 2010
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Este sábado 6 de noviembre se realizará un Bingo Solidario por el apoderado Gino Sáez, quien lucha por sobrevivir de un grave problema en su corazón., por lo cual clamamos por la solidaridad de toda nuestra comunidad educativa.
Todo el colegio está invitado a participar de un Bingo Solidario en beneficio de Gino Sáez, apoderado del 2° básico B, el cual se realizará en el gimnasio este 6 de noviembre a contar de las 15:30 hrs.Queremos compartir un extracto del artículo publicado en la Revista Ya de El Mercurio, el pasado 2 de noviembre: Las nuevas esperanzas que trae el corazón artificial
(Revista YA de El Mercurio, martes 02 Nov. 2010, pág. 70 – 74) Ante la falta de donantes, hoy las esperanzas del mundo están puestas en el corazón artificial portátil, un sistema que permite alargar por varios años la vida de quienes están esperando un trasplante cardíaco. Disponible en Europa y Estados Unidos, en Chile, Gino Sáez, un ingeniero de 48 años cuyo corazón quedó destrozado por un
infarto, es hoy el candidato número uno de América Latina a recibir esta nueva tecnología. Siempre y cuando obtenga ayuda del Estado o del mundo privado: su costo es de 150 millones de pesos.

Por Magdalena Andrade N. Ese lunes 7 de junio Gino Sáez -48 años, ingeniero civil, tres hijos entre 8 y 22 años- se sentía bien. Después de quince días en Antofagasta, donde se desempeñaba en una empresa de ingeniería, había viajado a su casa en Rancagua para pasar el fin de semana con su mujer y sus hijos. La mañana del lunes la aprovechó para ir a dejar a su hija menor al colegio. Fue de vuelta de ese trámite cuando, de un momento a otro, se infartó. Y lo que habían sido días de relajo junto a su familia se convirtieron, desde ese instante hasta ahora, en días de pesadilla. Gino Sáez estuvo 20 días en coma. 20 días en los que fue trasladado desde el Hospital FUSAT de Rancagua a la Clínica Dávila en Santiago para salvarle la vida. Su infarto había sido mortal: dos arterias tapadas -a la que luego se sumó una tercera- le produjeron un shock cardiogénico, que hizo que su corazón fuera incapaz de seguir bombeando sangre al cuerpo. Los médicos que lo recibieron pensaron que Gino seguramente moriría. -Tres o cuatro noches hicimos vigilia preparándonos para su muerte -recuerda ahora Amada Nilo, mujer de Gino. Sin embargo, Gino Sáez sobrevivió. Despertó del coma y fue trasladado a la Unidad de Cuidados Intensivos, donde se mantiene hasta hoy conectado a una máquina llamada Levitronix, que reemplaza la función del corazón y permite hacer circular la sangre por el cuerpo. Pero el Levitronix está pensado para ser usado no más allá de unos días, como una solución de emergencia para estabilizar el órgano dañado. Gino Sáez, hasta ahora, ha batido un récord: va a cumplir cinco meses conectado a este sistema, convirtiéndose en Chile en el paciente que más tiempo ha sobrevivido con esta ayuda extracorpórea. Los que lo siguen, no han estado más de 45 días conectados a él. Por ahora, no tiene otra posibilidad más que esa para seguir viviendo. Su corazón ya no funciona por sí solo, y tampoco puede recibir un trasplante de corazón, ya que su sangre desarrolló anticuerpos a los antígenos de histocompatibilidad. Cuando lo operaron para salvarle la vida sufrió una hemorragia -producto de los anticoagulantes que le dieron para atacar el infarto- y debió recibir múltiples transfusiones de sangre; esto hizo que desarrollara agentes que ahora, si recibiera un corazón trasplantado, podrían hacer que su cuerpo lo rechazara. Conectado al Levitronix, Gino Sáez hoy está conciente, respira por sí solo, puede hablar, alimentarse con papillas, hacer algunos movimientos y recibir a su mujer y a sus hijos en las visitas que le hacen todos los días. Si no fuera porque está conectado a la máquina -que necesita renovar las válvulas que están conectadas a su cuerpo cada dos meses- podría intentar volver a la normalidad. -Podría seguir mucho tiempo más conectado al Levitronix, pero no puede salir del intensivo coronarioexplica el cardiólogo de la Clínica Dávila Mauricio Villavicencio, su médico tratante. Eso, con todo lo que significa: un deterioro en su calidad de vida. Por eso, lo que los médicos quieren es una solución que permita a Gino salir de la sala y esperar, haciendo una vida normal, a que su cuerpo se recupere para ser apto para un trasplante de corazón. Esa solución existe, y se llama corazón artificial portátil. Un dispositivo que se instala dentro del cuerpo, junto al corazón, y que reemplaza su función permitiéndole a la persona llevar una vida casi normal por varios meses e incluso años. Si se pudiera implantar un corazón artificial portátil en Gino Sáez, no sólo podría salir de la clínica y volver a su casa por lo menos por los próximos tres años, estiman los especialistas que llevan su caso. También, lo convertirían en el primer hombre latinoamericano en recibir esta revolucionaria terapia.  

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