Ha llegado la
hora del adiós. Los 4º medios, generación 2008, se despiden de
su querido colegio.
El viernes 14 de noviembre será una fecha para recordar. Son 93
años de presencia marista que cumplen una etapa. Un proceso
lleno de trabajo, sabiduría y compromiso que se marcan con el
egreso de la última generación conformada solo por varones. El
próximo año despediremos a los primeros cursos mixtos del IO.
Son simbolismos muy importantes para la comunidad
marista de Rancagua. Cada grupo de alumnos que dejan nuestras
aulas son el reflejo del carisma del Padre Champagnat. En ellos
se espera que propaguen este sentimiento en todos los lugares
donde sigan con su vida universitaria.
El último día fue normal hasta las 10 de la
mañana. Iniciaron su jornada diaria con los ensayos para la PSU
y una pequeña reunión con sus profesores tutores, para después
salir al patio de la sección, en donde las Damas Maristas los
esperaban con su tradicional despedida, que consiste en bebidas
y sándwich.
Terminado esto, comenzaron con al costumbre de
los recuerdo y dibujos en sus camisas, en el cual también
integraron a alumnos de los cursos inferiores. A las 11:30, el
director de Ciclo y el Inspector de la sección, abren las
puertas del ciclo y los 4º medios inician su tradicional
recorrido y cantos por el colegio, reuniéndose en la campana del
ciclo básico y posteriormente en el patio del ciclo de media
inicial.
Durante los cánticos, todos los alumnos de 3º básico hasta 3º
medio, salen de sus clases juntos a sus profesores y aplauden
con alegría y nostalgia a sus compañeros mayores que dejarán
para siempre sus salas de clases.
Como colegio nos sentimos contentos y orgullosos
de los jóvenes maristas que se han formado en este colegio. Es
la última generación masculina que nos deja. Estamos seguros que
seguirán la senda del liderazgo cristiano y solidario típico del
sello marista. Pero también han dejado una huella digna de
imitar por los futuros cursos mixtos que a contar del 2009
saldrán del Instituto O´Higgins.
Generación 2008, que Jesús, la Buena Madre y San Marcelino los
bendigan por siempre.