Estamos por
terminar el Mes de la solidaridad, pero queremos dejar en el
recuerdo las impresiones de los protagonistas de esta gran
misión. El 4º medio A, junto su profesora tutora Raquel Marchant,
se hacen participe en esta ocasión. También el alumno
Maximiliano Arce, de 2º medio, expresa sus sentimientos ante tan
importante trabajo. Todo esto acompañado por las imágenes del 1º
medio B y el 2º medio D.
La aberrante desigualdad que sufre nuestro país
debiera ser motivo suficiente para poner todo nuestro ánimo en
ayudar a quienes se han visto desfavorecidos por diversas
circunstancias de la vida. Pese a ello, muchas veces nuestra
actitud dista mucho de ser solidaria, dejándonos llevar por la
comodidad; sólo donamos un poco de dinero en colectas y campañas
de organizaciones, en vez de realizar acciones concretas que
vayan en directo beneficio de los necesitados. Ese rumbo es el
que se busca enmendar con instancias como el Día de la
Solidaridad.
Este año, y continuando con una línea comenzada
el año anterior en esta misma fecha, el 4ºA decidió ayudar a
escolares de escasos recursos. En esta ocasión escogimos el
Colegio Mariano Latorre, ubicado en la localidad rural de
Codegua. Esta escuela básica recibe a niños con una situación
económica precaria, e intenta ayudarlos a salir adelante a
través de la educación.
El director de la escuela nos contó la dura
situación que colegios como éste sufren, al recibir una cantidad
de recursos ínfima que no les alcanza para poder mejorar un poco
el estado de las instalaciones. Es por ello que como primer
desafío asumimos el repintado del frontis de la escuela, una
antigua casa de estilo colonial que acoge a las oficinas y
algunas salas.
Pero eso era sólo una parte. Nuestro segundo
desafío era entregar un rato alegre a los niños de la escuela.
Primero ayudándoles en la sala a aprender geometría, y luego
divirtiéndolos con juegos y partidos de fútbol, logramos
impregnar un ambiente diferente a la jornada escolar.
Conforme pasaba la mañana, los resultados se
hacían evidentes; un colegio más bonito y sonrisas en los niños,
nos demostraban que nuestros esfuerzos no eran en vano. Luego de
un ameno desayuno con los alumnos, el director nos agradeció
profundamente la acción emprendida, y nos invitó a que en el
futuro, cuando seamos profesionales o trabajadores, no olvidemos
la situación por la que pasan escuelas como ésta, y que podamos
continuar dando nuestra ayuda, que siempre será bienvenida.
Llegaba la hora del adiós. Niños y niñas dejaban
el colegio para volver a sus hogares, felices de haber podido
disfrutar de una jornada diferente con nosotros. Por nuestro
lado, estábamos felices por haber podido entregar un granito de
arena a esta escuela, recordando siempre el espíritu que, como
alumnos maristas, deberíamos tener para con el prójimo. Sin duda
este es un llamado a olvidar el asistencialismo y a
comprometerse
realmente con la situación social de Chile,
así como lo ha planteado Monseñor Alejandro Goic. Como líderes
del mañana, debemos buscar soluciones concretas a los males que
afectan a nuestros compatriotas, y así lograr una sociedad más
justa, con iguales oportunidades para todos.
Semana de la
Solidaridad, ¿Debemos ser solidarios sólo esa semana