El Día del alumno es, sin lugar a dudas, una de
las instancias recreativas que más atraen al alumnado todos los
años, y es por eso que como Centro de Alumnos, pusimos todo
nuestro empeño en lograr entregar a nuestros compañeros un grato
día de distracción de las actividades académicas, en el que
pudieran volcar sus energías no en las tareas y el estudio, sino
en la participación, junto con sus compañeros de curso de las
diversas actividades especialmente dirigidas a ellos.
Sabemos
que días como éstos son muy necesarios para el sano equilibrio
que debe existir entre estudio y recreación, para hacer del
alumno una persona más integra.
La mañana comenzó para la sección de séptimo a
segundo medio, con una demostración de artes marciales,
específicamente de Aikido, realizada gracias a la cooperación
del profesor Santiago Vasconcello. Las proezas de los luchadores
causaron la admiración del público, que atendió con mucho
respeto y expectación. Esto motivó en varios de los presentes la
posibilidad de practicar un tipo alternativo de actividad,
diferente de los tradicionalmente ofrecidos por el colegio, como
una disciplina de tal magnitud e importancia como un arte
marcial.
Mientras esto transcurría en el gimnasio, la
sección de terceros y cuartos medios se dirigió al salón de
Honor, para asistir a una charla. El tema, elegido en
colaboración con profesores de la dicha sección, debía llamar la
atención de los alumnos, por su vigencia, actualidad e
importancia valórica, teniendo siempre presente nuestra
formación católica, a la luz del legado de Champagnat. El tema
elegido fue la bioética, pero como ésta es tan amplia y no
alcanza a abarcarse
en un par de horas, se eligió tratar el
estatuto antropológico del embrión humano. Para esta
charla, se invitó como expositores a dos médicos, el Dr.,
Mauricio Toro Mora y el Dr. Iván Pérez Hernández, egresados del
Magíster de Bioética de la Universidad Católica. La idea central
de la charla fue aclarar que el embrión, desde una visión
biológica, racional, filosófica y por supuesto católica, debe
ser considerado como persona desde el momento de su concepción.
Luego de esta fructífera actividad, empezaron los
diferentes campeonatos de deporte. Se compitió en las
disciplinas de fútbol, básquetbol, voleibol, tenis de mesa y
taca taca, en la que la mayoría tuvo posibilidad de demostrar
sus talentos y facultades. Este año se pudo apreciar una mayor
participación de los alumnos, en parte debido a la gran cantidad
de disciplinas en las que competir. Los cursos se destacaron por
su cohesión, compañerismo y fraternidad para con sus
representantes. Cabe destacar la participación cada vez más
importante y decisiva de las mujeres, especialmente en fútbol,
en la que demostraron un entusiasmo sobresaliente.
Por si fuera poco, en medio de las actividades
deportivas, se realizó una tocata en el patio de terceros y
cuartos medios. Hubo una amplia participación de grupos, y en
las mismas palabras de los alumnos, tuvo una mayor gama de
estilos musicales que las tocatas anteriormente realizadas. Esto
creó un clima ameno y grato para aquellos alumnos que o bien
esperaban su turno para jugar o no estaban interesados en hacer
deporte, de poder apreciar el talento de los músicos que existen
en nuestro colegio.
En síntesis, esta versión del Día del Alumno
albergó variados gustos, no sólo el deporte, como siempre se ha
criticado. A pesar de un pequeño desorden en los horarios, los
alumnos supieron ser pacientes y lograron disfrutar de un día
relajado y entretenido. También se dio la instancia, una semana
después, de que en cada curso se pudiera evaluar el Día del
Alumno. Como integrantes del Centro de Alumnos, esperamos haber
hecho de este día un día motivador, en el
cual, nuestros compañeros hayan venido con gusto, y por
supuesto, hayan regresado a sus casas sin perderlo. Agradecemos
sinceramente a todos los que participaron en forma activa y
positiva, además de habernos hecho llegar su evaluación, para
que así, entre todos, podamos mejorar cada vez más este día y
hacerlo verdaderamente de todos.