Todo empezó cuando recibimos una carta
comunicándonos los planes que tenia la congregación de iniciar
la construcción de un nuevo colegio marista en la comuna de Alto
Hospicio, específicamente en la población "Santa Rosa", antes
conocida como "La Negra".
A medida que la fecha se aproximaba, confirmamos nuestra
asistencia a esta actividad, y demostramos que nuestro interés
por ir no era solo por el viaje, sino que el deseo de ayudar se
notaba en nuestra forma de actuar.
Llegado el día partimos juntos desde el Terminal
OHiggins con destino a las oficinas centrales de los maristas
ubicadas en Sta. Mónica en la ciudad de Santiago, desde donde
partiríamos junto con las delegaciones de San Fernando, Villa
Alemana y algunos invitados.
Ya cargado el bus que nos transportaría nos
dispusimos partir, el viaje de 27 horas que nos esperaba nos dio
pie a entablar conversaciones con gente de los otros grupos, si
bien encontrábamos algunos conocidos, estos eran los menos. En
la Serena subieron los últimos misioneros, con ellos
completábamos 45 misioneros, a los que hay que sumar al Hermano
Isidro que nos esperaba en Alto Hospicio.
Cuando llegábamos al lugar que nos hospedaría pudimos apreciar
en terreno la realidad que nos tocaría ver y talvez vivir
durante 12 días. Las gestiones del Hermano permitieron que nos
facilitaran la sede vecinal Catherine Arce, la cual lleva ese
nombre en honor a una de las tantas victimas del conocido
psicópata.
Durante tres días recibimos una capacitación de
parte de los encargados para el trabajo que debíamos realizar,
específicamente un censo. Recibimos visitas de los presidentes
de las juntas vecinales del sector, carabineros, el párroco de
la comunidad y una misionera marista extranjera. Al tercer día
nos correspondió a nosotros salir a terreno para visitar
distintos estamentos dentro de la comunidad, como grupos
deportivos, clubes folklóricos y comunidades de ancianos; todo
esto enfocado a que nos hiciéramos una visión general de la vida
dentro de la población y así poder llegar más a las personas a
las cuales nos correspondería censar.
Y por fin llegó el día marcado, ya nos
correspondía salir a censar, las parejas estaban establecidas,
cada uno sabía la manzana que le correspondía censar; pero nada
nos podía preparar para algo que nunca esperamos que llegara a
suceder, el hecho de que las personas si bien se mostraban un
poco reacias a contestar nuestras preguntas, en algunos casos de
verdad llegaban a no solo abrirte la puerta de su casa, sino que
la puerta de su corazón también, llegando al punto de romper en
lagrimas y emocionar hasta al mas frío de los encuestadores.
En esta tarea debíamos cubrir todas las manzanas
de la población, cada manzana tenia entre 20 y 30 sitios, y en
algunos sitios vivían hasta 3 familias. Por lo que la mayoría
dedujo esta no seria una labor ni fácil ni rápida, pero resultó
ser todo lo contrario, la mayoría de las familias ya estaban
informadas de nuestra presencia y estaban listas para atendernos
al momento de censar, lo que hizo del tramite un acto mucho mas
expedito; y a la vez nos dio la oportunidad de acercarnos mas
humanamente a estas familias que nos recibían.
También hay que mencionar que esta no fue la
única actividad que se realizó, aparte del censo, todas las
tardes había un grupo encargado de compartir con los niños de la
comunidad que desearan asistir a una tarde recreativa en una de
las plazas del sector. Ahí se realizaban juegos y dinámicas
enfocadas principalmente a la diversión, pero también a atender
a la parte mas sensible de esa comunidad. Esta actividad fue
complementada con dos sesiones de cine bajo las estrellas,
actividad a la cual se invitó a asistir a toda la familia y
donde proyectamos películas infantiles para atraer al público
que nos era de más importancia, los niños.
Hubo otra actividad, que si bien fue de mucha
importancia pasó muy desapercibida, fue el trabajo de quienes
nos quedamos durante las noches traspasando los datos de las
fichas de censo, a los computadores para poder sacar
posteriormente las interpretaciones de los datos obtenidos. En
este grupo de trabajo solo participaron voluntarios que
estuvieran dispuestos a pasar una noche en vela y aun así al
otro día salir a censar con todas las pilas puestas, dentro de
lo posible.
No podemos dejar fuera de esto al grupo de
dirigentes que estaba cargo de la mayoría de las actividades y
se encargó de que todo saliera a la perfección, desde el
cumplimiento de los horarios, pasando por logística general
hasta llegar a la alimentación de los 46 integrantes de la
misión.
Gracias a la excelente organización y la buena
disposición de los misioneros pudimos completar la tarea del
censo en menos tiempo de lo estipulado, este avance nos permitió
realizar unas visitas extraordinarias a las familias que más nos
marcaron, para acercarnos más a ellas y sacar muy buenas
apreciaciones de sus experiencias de vida.
Este adelantamiento en los plazos nos permitió
trabajar mas relajados y darnos el gusto de pasar dos días
recorriendo ciertos sectores turísticos del sector. Como son, La
salitrera abandonada de Humberstone, El Santuario de la Tirana,
El Oasis de Pica, La pampa del Tamarugal y Los Geoglifos de
Pintados. Este recorrido nos sirvió para relajarnos después de
una ardua semana de trabajo y para estrechar muchos lazos de
amistad que habían nacido durante el trabajo.
Cabe mencionar el hecho de que cuando volvíamos
desde los geoglifos hacia alto hospicio, nos topamos con un taco
de mas de dos kilómetros ya que mas adelante en la carretera se
había producido un grave accidente, este hecho nos mantuvo
varados en el medio de la nada, lo únicos que podíamos ver eran
vehículos delante y detrás de nosotros y el desierto
rodeándonos. Situación que comprenderán nos aburrió de
sobremanera, pero que supimos sobrellevar de la mejor manera,
nos bajamos de los buses y nos dispusimos a cantar y danzar al
mas puro estilo Scout, llamando la atención de varios
conductores que se bajaron con sus familias a pasar un buen rato
en medio del tenso ambiente que se vivía.
Así no nos dimos cuenta cuando ya el transito
comenzaba a regularizarse y tuvimos que partir nuevamente.
También vivimos momentos difíciles como el grave ataque de asma
que sufrió Raúl Gallardo, dirigente que iba como responsable de
la misión, ataque que se complicó derivando en un paro
cardiorrespiratorio, que lo mantuvo grave en la UTI del hospital
de Iquique, del cual fue dado de alta, a los dos días de
finalizada la misión.
Talvez la parte más difícil de toda la misión,
fue emprender el camino de regreso, porque de alguna manera
todos sentíamos en nuestro interior que cuando nos bajáramos del
bus, ya todo habría terminado. Pero por lo menos nos quedaba el
consuelo de que el viaje duraría 27 horas, las que aprovechamos
al máximo para terminar de pulir las nuevas amistades y dejarnos
nuestros datos los unos a los otros para no perder el contacto.
A modo de conclusión solo me queda afirmar, que
mi visión de esta comuna, como la de la mayoría de los que me
acompañaron; cambió drásticamente, pasó de ser una comunidad muy
estigmatizada por razones negativas a ser una comunidad de
esfuerzo que si bien tiene sus problemas como la droga y la
delincuencia, también personas con un gran corazón y que todos
los días batallan por erradicar estos males de su casa, de su
manzana, de su comuna, y por sobretodo luchan por la igualdad y
por un futuro mejor para sus tesoros, sus hijos.