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Celebrando junto a Dios
Por
Instituto O'higgns .
Publicado:
1 Junio 2005
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Comenzamos una fecha muy diferente a cualquier otra, entramos en la Semana Champagnat en la que cumplimos 90 años de existencia educacional, valórica e histórica, no solo de la ciudad de Rancagua, sino en la cada colegio Marista, en cada ciudad donde se encuentre alguna institución o fundación de esta maravillosa congregación, en cada país donde la tarea de Los Hermanitos de Maria han depositado sus diferentes cuotas de sencillez, de modestia y de humildad, que nunca podrán olvidar o pasar por alto, las enseñanzas de nuestro Padre Fundador.
De que otra manera podíamos iniciar esta celebración si no es agradeciendo a Dios, por permitir tener el orgullo de llevar nueve décadas de vida dentro de la región, y a demás agradecer la riqueza humana que nuestras aulas han podido formar a través de los años. Sin lugar a dudas, las personas que han podido realizar estos sueños, tanto de amor por los alumnos y servicio por la educación, tienen aquel carisma de Champagnat, que nuestro santo fundador dejo en cada uno de los hermanos Maristas que hicieron posible en un comienzo esta difícil tarea. La misa fue celebrada por nuestro párroco de sección, quien dio una perspectiva de todo el trabajo realizado por los Hermanos, muchas veces no visto o guardado por el anonimato, la predica se enfoco en el servicio, en el amor y las oportunidades que los Hermanos dan en todas y cada una de las áreas, la educación de los valores, la vocación, lo académico, la preparación, entre otras, son muchas las tareas que realiza nuestro colegio por cada uno de nosotros, a lo mejor muchas son las características de este proyecto, muchos son los años que nos quedan por recorrer, muchas son las expectativas que tenemos del colegio en otros noventa o cien años más, a lo mejor, muchas son las cosas que quedan por hacer, para continuar con esta gran tarea de Champagnat. Así dimos inicio a la semana de aniversario y seguimos la tarea que un día, a sus 51 años de vida, Marcelino Champagnat dejo escrita en su testamento espiritual, para todos y cada uno de los Hermanitos Maristas, resumiendo su obra en una frase que engloba todas las enseñanzas que dio en su vida diciendo: “Para educar a los niños hay que amarlos”. Esa es y será por mucho tiempo la tarea más grande que tendrán todos los educadores Maristas.

Publicado en:
© CONGREGACIÓN DE LOS HERMANOS MARISTAS
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