El año 1744 se comunica la fundación de la villa
Santa Cruz de Triana al Rey de España por parte del gobernador
Manso de Velasco. El 5 de octubre se conmemora un año mas de
este acontecimiento y se invita a los distintos colegios con
Educación Básica para que participen de un desfile
conmemorativo.
Esa mañana la mayoría de los alumnos de octavo año básico
esperaba expectante que llegara la hora de partir hacia la Plaza
de los Héroes, y no era para menos, llevaban días practicando y
los ensayos interminables bajo el sol, los habían preparado para
dejar en alto, como siempre, el nombre del colegio.
El trayecto fue el de siempre y la espera les
hacia sentir que no llegarían nunca a la plaza. Todo transcurría
como siempre, pero este año había algo diferente, el alumnado
femenino del colegio se hacia presente por primera vez en un
acto de esta envergadura. Hecho que talvez no era de gran
importancia para los otros colegios ahí presentes, pero que de
verdad era un momento de gran jubilo para nuestro
establecimiento. Cabe mencionar a las alumnas que formaron parte
de la escolta del abanderado, ya que ellas fueron nombradas y
reconocidas frente a las autoridades presentes y a todo el
publico que esa mañana fue a presenciar este acto cívico.
La organización del compacto grupo que nos
representaba era evidente, tanto como sus nervios por ser esa la
primera vez que representaban a nuestro colegio. El profesor a
cargo, el Señor Sergio Lara, se encargó de mantener siempre el
orden y la disciplina durante el transcurso de la mañana. Luego
de unas horas de espera, en las cuales el compartir y conversar
fue la principal actividad de los alumnos, el ambiente se volvió
un poco mas dinámico, y la larga columna de colegios comenzó a
avanzar, por fin podrían demostrar que todas las horas de ensayo
no habían sido en vano. Al acercarse a la plaza la formación de
los alumnos y alumnas comenzó a tomar forma y a denotar un
correcto orden, todo estaba listo para mostrarle a la comunidad
rancagüina la nueva organización del colegio.
Al entrar en la plaza los murmullos terminaron y
las caras mas serias se volvieron, todo estaba listo, al dar la
partida el profesor, todos los alumnos lo siguieron como si
fueran uno solo, no cabía ni una pizca de descoordinación, todo
era perfecto. Al pasar frente a las autoridades estas de pié
aplaudieron a las alumnas que representaban el alumnado femenino
de nuestra institución.
Al finalizar todo las caras estaban llenas de
jubilo y alegría, ya todo había pasado, toda la preocupación fue
innecesaria, los nervios inútiles, todo fue perfecto y salió
mejor que nunca, el Instituto cumplía otra vez con las
expectativas. Al regresar se oían los comentarios alegres de las
alumnas, estaban felices de haber representado tan bien a su
querido colegio.