Durante dos
semanas, el 2º A visita la Hospedería de Varones del Hogar de
Cristo, es una experiencia sin duda, nueva, conmovedora y
distinta a todas las experiencias vividas hasta ahora, porque
aquí encontramos hombres, jóvenes, adultos y ancianos, que por
diversas razones no tienen un hogar y tampoco familia, alguna
vez la tuvieron, seguramente nacieron como todos nosotros, con
una madre y un padre, fueron niños y jugaron, estudiaron y
tuvieron sueños...
pero en algún momento, todo eso se truncó,
ya fuese producto del alcohol, drogas, abandono, etc. , sus
vidas comenzaron a transcurrir tristes, en la calle, sin
afectos; el tiempo también comenzó a pasar en forma
diferente...
día y noche
solamente, invierno y verano; ya no existieron las tradicionales
fiestas que reúnen al común de las familias, porque ellos no
tiene familia o no quieren recordar qué pasó con ella, ni
saben dónde están sus hijos, ni sus padres...
En la
Hospedería reciben alojamiento y comida, llegan a las seis de
la tarde, después de trabajar algunos, y otros de vagar por las
calles, aquí son acogidos, reciben útiles para su aseo
personal, una cama limpia, comida y desayuno, para volver a
partir al día siguiente a trabajar o a vagar... los más
ancianos permanecen en la hospedería, así como los enfermos,
pero esa es su realidad, así pasa el tiempo de ellos.
Quisimos hacer
algo diferente y la oportunidad la tuvimos el 30 de Junio, el
voluntariado celebraría los cumpleaños de los hospedados del
primer semestre, algo simple, una cena diferente, algunas
golosinas, entonces surgió una mamá nuestra, quería que el
cumpleaños de su hijo, que precisamente era ese día, lo
celebráramos allá, con una gran torta para todos, decoramos el
comedor con globos, serpentinas , las mesas comúnmente
desnudas, vestían blancos manteles, había vasos y bebidas.
Al llegar los
hospedados al comedor, algunos tímidos otros no tanto, fueron
tomando ubicación en las mesas, contentos, desconcertados...
vino entonces el momento de la oración, a nuestro Padre, a la
Buena Madre y al Padre Hurtado, creador la obra que se extiende
por todo Chile, comenzamos a servir la cena, todos llevamos los
platos a la mesa, pronto para que la comida estuviera caliente,
luego fue el director de la hospedería quien anunció la
celebración, nombrando a cada uno de los festejados, incluido
Patricio Jiménez nuestro alumno, quien apagó la velitas junto
a dos hospedados que representaban a todos los cumpleañeros,
todos cantamos el "Cumpleaños Feliz..." mientras se
repartía la torta, también se repartieron regalos para cada
festejado, algo simple, pero emocionante para quien no recibe un
presente, debidamente envuelto, hubo emoción, risas y aplausos;
todos lo disfrutamos, los alumnos vivieron un día muy
diferente... ¡los hospedados también!.
¡Gracias
Padre Hurtado!