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Viaje a la Pintana 2º D 2004
Por
Instituto O'higgns .
Publicado:
1 Octubre 2004
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Al iniciar nuestro viaje, aproximadamente a las ocho y media de la mañana, no podemos desmentir que en los rostros de algunos de nuestros compañeros se percibía algo de temor, sobre el ambiente en que estaba inmerso el colegio, que visitaríamos.
Luego de una hora y cuarto de viaje, nos encontramos frente a un gran colegio, que resaltaba por sobre las humildes casas aledañas. A nuestro encuentro salieron 3 alumnas, pertenecientes a la Directiva del 2ºD del Colegio Champagnat de La Pintana. Al instante se generó un clima de confianza, ya que ellas tomaron la iniciativa y empezaron a saludar uno por uno. El temor se había terminado. Así nos condujeron a su sala, pasando por el patio lleno de miradas curiosas de los alumnos. Ya en la sala, nos esperaban todos sentados, y nosotros, esta vez, tomamos la iniciativa y nos acercamos a saludar. Después de visitar la capilla y hacer la oración, nos presentaron al compañero con el cual deberíamos compartir durante el día. Al instante nos dimos cuenta que el estereotipo que nos habíamos imaginado, era muy diferente a la realidad. Son personas abiertas al trato, muy sociables y simpáticas. Esto se vió reflejado en una carta de bienvenida en la cual expresaban todo lo que ellos esperaban de nosotros. Tomamos un abundante desayuno; posteriormente nos dividimos en dos grupos. El primero fue al Hogar de Cristo, compartiendo con los abuelos que asistían a los talleres, además, barriendo y regando el jardín. El otro grupo fue a un club de ancianos, en el que se prestaron servicios, como barrer, limpiar sillas, y pintar una muralla en malas condiciones. Como el tiempo para realizar esto era largo, pero nuestra eficiencia lo hizo más corto, ambos grupos aprovecharon para conversar y compartir. Terminada esta actividad nos dirigimos a las casas del compañero que nos tocó. Ahí conocimos sus respectivas familias, llevándonos todos un grato recuerdo. El esfuerzo por realizar un exquisito y abundante almuerzo se destacó. Esta fue para muchos la mejor parte de la experiencia, pues entablaron una grata conversación, conociendo profundamente a los “nuevos amigos”. Después de almuerzo, se dedica la tarde a la recreación. Algunos demostraron su pasión por el fútbol, destacando los del Champagnat por su habilidad.  Otros se dedicaron al básquetbol, compartiendo con las niñas. Los más pasivos usaron su tiempo jugando ajedrez con Iván Morovic, campeón nacional, que justo se encontraba en el colegio, o simplemente conversaron. Después de esta ardua tarde deportiva, nos dieron una reponedora once. Ya llegado el momento de la despedida, los presidentes de ambos cursos, se dirigieron a los presentes, agradeciendo lo vivido. Nos devolvimos a Rancagua muy contentos, el temor inicial en la cara se había transformado en una rebosante sonrisa, y durante todo el viaje, el curso entonó los cantos tradicionales de los viajes en bus, demostrando que ya no somos compañeros, sino amigos.
Es una experiencia que jamás olvidaremos, en ese colegio no se veía gente triste, existiendo siempre un gran respeto entre los compañeros, siendo un ejemplo para la sociedad y sobre todo para nosotros.

Federico Iglesias
Gonzalo Pérez 2ºD

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