Con la mirada
puesta en Jesús , que pende del madero de la cruz, intento abrir mi
corazón a los sentimientos que esta experiencia suscita en mí.
Profundamente consciente, intento vivir una fe , que me sostiene
como fuente inagotable de luz. Es esa misma que intentamos
transmitir a nuestros hijos , desde una perspectiva asombrosa de
sentir a Jesús como cercanía absoluta, y sentirla desde nuestra
esencia con la inmensa libertad que da su amor.
Semana Santa,
es tiempo de vivir, intensamente el regalo de la fe. Un regalo que
tuvo su costo para Cristo, quien hecho hombre, sufre y padece por
mis propios pecados. En la humildad de mi pobreza interior ,
quisiera ser capaz de revitalizarme en este período litúrgico, que
siendo muy radical para mi Iglesia, de la que formo parte, y que me
identifica con su sentir, nos invita de alguna manera a mirar a
nuestro alrededor , y descubrir a los Cristos peregrinos de este
mundo, de nuestro Colegio en particular...que transitan estación
por estación , sin una ayuda concreta en ese caminar.
Ahí radica
nuestro compromiso de pertenecer a una comunidad de un Colegio de
Iglesia, de vivir el dolor de este Jesús agónico que me mira a mí
desde su cruz, al que pido perdón en profundidad por mis flaquezas
, por mi falta de coherencia, por mi falta de compromiso, por mi
falta de disponibilidad, y que luego me regalará nuevamente la luz
de esperanza que me permita demostrar en hechos un amor que intenta,
desde una perspectiva demasiado humana, como la mía, responder a su
entrega.
Es así como
Semana Santa, es un tiempo de acompañamiento, de ese Jesús que
conociendo plenamente nuestra condición humana se prepara
voluntariamente para el dolor , porque cumple la voluntad de su
Padre , y no la que hubiera deseado, y sólo por un amor que se
materializa incondicionalmente.
Desde este
sentir, pido permanentemente a Dios , nos permita ser modelos
creíbles, para que paulatinamente, nuestros cuatro hijos sean
capaces de asumir , desde su vocación la postura a la que esta
Colegio propende...facilitar el desarrollo en personas que se
conviertan en agentes de cambio social, frente a estructuras que
perjudiquen el cumplimiento que desde siempre Dios ha soñado para
el hombre.
La
motivación de esta Semana Santa ,"Sin perdón no hay paz"
, requiere de mi mirada hacia adentro, de mi expresión abierta de
avergonzarme por no ser siempre colaboradora de mi misión en
particular, esa que empieza al despertar cada mañana , y que me
hace mantenerme disponible siempre ..."al querer del eterno
Padre Dios. De pedir perdón a quienes he marginado, a las víctimas
de mi egoísmo personal, de dejarme llevar por la corriente, y de no
mantener la rectitud de una postura clara en la educación de mis
hijos...posibilitando la duda de que "el fin podría justificar
los medios". Y finalmente de no ser fiel al legado de San
Marcelino.
Nuestra
respuesta a la convocatoria que permanentemente realiza nuestro
Colegio , está en lo profundo de nuestro corazón, ese que a veces
es de piedra , pero que se verá prontamente remecido porque ...el
amor vencerá la muerte...la alegría nos inundará porque no
estamos solos...y nuestra vida depende de tu querer.
¡Feliz Pascua
de Resurrección!
Raquel Sepúlveda
de Fergnani .