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Meditación de una Mamá ante Cristo Crucificado
Por
Instituto O'higgns .
Publicado:
1 Marzo 2002
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Con la mirada puesta en Jesús , que pende del madero de la cruz, intento abrir mi corazón a los sentimientos que esta experiencia suscita en mí. Profundamente consciente, intento vivir una fe , que me sostiene como fuente inagotable de luz. Es esa misma que intentamos transmitir a nuestros hijos , desde una perspectiva asombrosa de sentir a Jesús como cercanía absoluta, y sentirla desde nuestra esencia con la inmensa libertad que da su amor.
Semana Santa, es tiempo de vivir, intensamente el regalo de la fe. Un regalo que tuvo su costo para Cristo, quien hecho hombre, sufre y padece por mis propios pecados. En la humildad de mi pobreza interior , quisiera ser capaz de revitalizarme en este período litúrgico, que siendo muy radical para mi Iglesia, de la que formo parte, y que me identifica con su sentir, nos invita de alguna manera a mirar a nuestro alrededor , y descubrir a los Cristos peregrinos de este mundo, de nuestro Colegio en particular...que transitan estación por estación , sin una ayuda concreta en ese caminar. Ahí radica nuestro compromiso de pertenecer a una comunidad de un Colegio de Iglesia, de vivir el dolor de este Jesús agónico que me mira a mí desde su cruz, al que pido perdón en profundidad por mis flaquezas , por mi falta de coherencia, por mi falta de compromiso, por mi falta de disponibilidad, y que luego me regalará nuevamente la luz de esperanza que me permita demostrar en hechos un amor que intenta, desde una perspectiva demasiado humana, como la mía, responder a su entrega. Es así como Semana Santa, es un tiempo de acompañamiento, de ese Jesús que conociendo plenamente nuestra condición humana se prepara voluntariamente para el dolor , porque cumple la voluntad de su Padre , y no la que hubiera deseado, y sólo por un amor que se materializa incondicionalmente. Desde este sentir, pido permanentemente a Dios , nos permita ser modelos creíbles, para que paulatinamente, nuestros cuatro hijos sean capaces de asumir , desde su vocación la postura a la que esta Colegio propende...facilitar el desarrollo en personas que se conviertan en agentes de cambio social, frente a estructuras que perjudiquen el cumplimiento que desde siempre Dios ha soñado para el hombre. La motivación de esta Semana Santa ,"Sin perdón no hay paz" , requiere de mi mirada hacia adentro, de mi expresión abierta de avergonzarme por no ser siempre colaboradora de mi misión en particular, esa que empieza al despertar cada mañana , y que me hace mantenerme disponible siempre ..."al querer del eterno Padre Dios. De pedir perdón a quienes he marginado, a las víctimas de mi egoísmo personal, de dejarme llevar por la corriente, y de no mantener la rectitud de una postura clara en la educación de mis hijos...posibilitando la duda de que "el fin podría justificar los medios". Y finalmente de no ser fiel al legado de San Marcelino. Nuestra respuesta a la convocatoria que permanentemente realiza nuestro Colegio , está en lo profundo de nuestro corazón, ese que a veces es de piedra , pero que se verá prontamente remecido porque ...el amor vencerá la muerte...la alegría nos inundará porque no estamos solos...y nuestra vida depende de tu querer. ¡Feliz Pascua de Resurrección! Raquel Sepúlveda de Fergnani .

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