Hacía tiempo que las
guitarras distorsionadas y la actitud agresiva no eran la tónica
principal del evento que congrega cada año a las mejores bandas de la
región.
Buena música y un notorio mejoramiento en el nivel de la competencia,
además de la presentación de dos bandas estelares, conformaron el
Festival del 2000; un verdadero regreso del nativo al show: el Rock.
El día 4 de Agosto a partir de las 21 horas
se dio comienzo al espectáculo con sendas piezas de Pink
Floyd interpretadas por la banda estable. En un primer bloque show
tuvieron su ronda Tool Adiction,
banda show que interpretaba temas de Primus,
y Marranos, banda funky que
aportó el toque soft a la noche. Luego correspondió el turno a Karma, banda aggro metal que interpretó tres temas de su factura.
Este hecho es bastante importante y debemos decir que Karma es un grupo conocido en el ambiente rancagüino, casi
consagrado, y con grandes proyecciones a nivel macro. Y para cerrar el bloque tocó Icarus,
quienes dejaron claro que el heavy metal no ha muerto, interpretando The
evil that men do de Iron
Maiden, Black Diamond de los virtuosos Stratovarius y Peruvian
Skies de los maestros Dream
Theater. Un número repleto de talento y energía. Gran despliegue
vocal y calidad en la interpretación.
La competencia estuvo conformada por los
grupos La ele, Migraña,
Opción de Vida, Calitróxico
and the Chuzos Band, Sirrosis
y Nocturnal. Si analizamos por
estilo nos encontramos, a gran diferencia de otros años, con Nocturnal
y Sirrosis en el metal, Opción de
Vida y Migraña en el punk
y más clásicos o rockeros Calitróxico
y La ele.
El grupo ganador fue Sirrosis y el segundo lugar fue para Migraña.
Indudablemente, el presente año se notó mayor atención por parte del
público a los grupos de la competencia, incluso el mosh
hizo arder el gimnasio que sacudía la cabeza con los números más
fuertes.
El show estelar estuvo a cargo, en un
principio, por las chicas de SuperNova, quienes en un liviano show discotequero presentaron sus
temas más conocidos, agotando al público que no se mostró muy
acogedor con las púberes santiaguinas.
Pero como the
show must go on, siguió el grupo Taz,
que interpretó por más de veinte minutos, material principalmente
antiguo de Korn, provocando el
desborde del público que a esa altura aún tenía energía para saltar
y corear todos los temas, interpretados a la perfección, por los chicos
de overoles. Y para finalizar la sección hizo su presentación Fahrenheit
interpretando temas de los clásicos Queen.
Pero todavía quedaba más, y tras 45 minutos de jolgorio y ska, cerró
el espectáculo Santo Barrio,
quienes dejaron atónitos a la concurrencia por su maestría y energía
arriba del escenario. Tocaron temas de sus dos discos e hicieron bailar
a la juventud que si recibió de buena manera la propuesta de la banda
de la quinta región.
En conclusión, un Festival para recordar
por la gran apuesta del Centro de Alumnos y por el vulgar
despliegue de energía demostrada por todas las bandas que
devolvieron a los escenarios maristas el rock y la distorsión.
Cristóbal
Cornejo