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CONFERENCIA
Por
Instituto O'higgns .
Publicado:
1 Diciembre 2000
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El título de este escrito motivó la ponencia que el señor Alberto Etchegaray A., Presidente del Consejo Nacional para la Superación de la Pobreza, presentó el pasado 08 de noviembre, en el Salón de Honor de nuestro Instituto. Este distinguido hombre público, católico comprometido, ex ministro de la Vivienda, fue invitado por la Pastoral de Padres y Apoderados, con el propósito de compartir con nuestra comunidad su visión acerca del tema que da título a estas líneas.

Don Alberto Etchegaray durante su interesante exposición Razones de espacio impiden mostrar en forma de texto la totalidad de la ponencia, pero intentaré  sintetizar los pasajes más relevantes. En referencia a las condiciones para un desarrollo sustentable y sostenible, Etchegaray señaló que esto será posible sólo si se cumplen las siguientes:  Democracia, generación de  riqueza, equidad social, ecología ambiental y códigos valóricos.  La gran problemática de este momento, en nuestro país, es la desigual distribución del ingreso, porque la torta que se reparte es muy inequitativa:  el 20% más pobre tiene apenas el 3.3% de la riqueza del país y el 10% más rico, el 50%. Mientras un millón y medio de chilenos se llevan la mitad del producto bruto del país, tres millones de chilenos tiene  que vivir con el  3.3 % de este producto. Con respecto a la educación, nuestro invitado señaló que en el país hay un problema de inteligencia. En efecto, la proporción de personas que tienen más de 17 años de estudio es escandalosamente baja. Es cierto que ha aumentado la cantidad de universidades, pero hay que preguntarse por la calidad de éstas.  Por otra parte, un error conceptual chileno es considerar que toda la educación va hacia la universidad  y hacia la profesión, lo cual es una aberración.  Lo que se necesita hoy y mañana son personas que ojalá no tengan ninguna limitación, que hayan estudiado disciplinas asociadas a las ciencias exactas, a las ciencias sociales, a las ciencias humanas. Por lo tanto, el primer desafío de esta comunidad es enseñarles a pensar más que enseñarles conocimientos. Enseñarles a ser personas creativas, innovadoras. El día de mañana, una persona triunfadora será aquella que sabe pensar. Para ilustrar la visión anterior, Etchegaray  aludió a lo expresado en un seminario de empresarios realizado en la Universidad Adolfo Ibáñez: En cinco años se renueva todo el conocimiento humano, todo los que sabe de física, de química, de biología, de lo que sea, en cinco años queda obsoleto, por lo tanto, quien entra hoy a primer año encontrará que al llegar a su quinto año de  universidad, ya quedó obsoleto todo lo que aprendió, porque ya todo es nuevo.  Entonces no le sirve para nada saber una serie de conocimientos, lo que le sirve es cómo le enseñaron a adquirir los conocimientos. Respecto a la dimensión valórica, el expositor puso especial énfasis en la justicia y la solidaridad. Las universidades están formando personas, formando profesionales, no están formando personas, cuando yo he llegado a los círculos  universitarios a  hablar de estos temas, he visto muchas veces que delante del Rector y profesores, alumnos levantan los dedos para decir: a nosotros en esta universidad nunca nadie nos habla de estos temas, y estoy hablando de la Universidad Católica. Aquí nos han preparado en geometría analítica, derecho procesal, nos han preparado en cómo se sacan los riñones, cómo se ponen los riñones, pero el tema central, es decir,  para qué está el ser humano y cuáles son sus responsabilidades, no se toca. ¿Qué puede hacer la escuela para cambiar esta situación y anticipar posibles soluciones al problema de la pobreza El aporte que la escuela puede entregar es enorme, yo he contado muchas veces que los profesionales del servicio País que trabajan el tema de la pobreza han identificado a las escuelas como el lugar donde se pueden hacer todas las cosas para cambiar la comuna. Bueno, de esto se trata. En el caso de este Colegio, se le agrega una responsabilidad adicional por ser católico. Los padres que han decidido colocar a sus hijos aquí, entiendo que no es solamente por  un asunto de status, un asunto de porque yo estudié ahí y aquí corresponde que mi hijo lo haga o porque es el colegio que me queda más cerca de la casa, hay un asunto más de fondo.  Esta es una escuela que se identifica con  un Señor, un Señor que tiene ciertas características a las cuales uno adhiere o no adhiere, el asunto es muy claro, no es a medias tintas. Gran parte de los desafíos de equidad social, hoy día pueden ser resueltos solamente si la gente que tiene fe se decide a hacerlo.  Las personas que pueden hacer posible la existencia de sociedades más humanas, más solidarias, con mayor conciencia de la responsabilidad y al mismo tiempo de su propio desarrollo, son aquellas personas que creen en algo o alguien y eso les posibilita de alguna manera hacer aportes diferenciadores en la sociedad actual. Estas son sólo algunas de las interesantes ideas expresadas por nuestro distinguido invitado. Reflexiones muy válidas que fortalecen la necesidad de potenciar la formación valórica de nuestros alumnos, como también el Proyecto 14 de Solidaridad, más aún  si consideramos que al momento de identificar elementos que estimularon su vocación social, el señor Etchegaray recordó como determinantes las acciones solidarias que realizaba cuando tenía 15 años, en un colegio salesiano. Claudio Arellano Cortés
Vicerrector         

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